Hace unos días, una amiga a la que le estoy haciendo la web de su negocio me comentó que un conocido suyo necesitaba que le hicieran una también, para un nuevo negocio que iba a abrir. Le dije que le diera mi número y mi mail y que lo hablaríamos, no me sobra el tiempo, pero me gusta hacer webs y pensé que podría ser interesante lo que este chico quería. Así que contactó a los pocos días y estuvimos intercambiando correos electrónicos. En uno de ellos, me pidió que le indicara qué trabajos había hecho anteriormente, para sopesar si le podía interesar que le hiciera el suyo. Así que abrí un mail y me disponía a contestarle, cuando me di cuenta de dos cosas. Por un lado, de que había hecho tantas webs en tan poco tiempo que ya ni yo misma recordaba algunas de ellas. Y, por el otro, de que en esos años no había sido capaz de sacar tiempo suficiente para crear la mía propia. Y así fue como nació este espacio en la red.