Bienvenid@s

2019 / 29 julio

Nadie está tan vacío como aquellos que están llenos de sí mismos

narcisista

A menudo voy a competiciones y demasiado frecuentemente, por desgracia, me encuentro con niñas/chicas que han desarrollado un narcisimo de tal envergadura que me parece sobrecogedor, y en ese momento quisiera decirles lo que pienso y lo poco que les servirá ser así en el futuro, pero a los pocos minutos, se me pasa.

Suelen tener entre 15 y 20 años y es fácil encontrarlas mirando a las demás deportistas por encima del hombro, con arrogancia, como diciendo: soy muy buena y tu no (suelen serlo, pero ni mucho menos tanto como creen sus EGOs).

Debo destacar que no lo hacen sólo con oponentes que creen inferiores, sino que lo que me estremece todavía más, es que lo hacen con jugadoras profesionales, que sí se ganan la vida con ello, y a las que no llegan ni a la suela del zapato en lo que a nivel se refiere (y, visto lo visto, en muchos otros aspectos).

Lo que me lleva a reflexionar: ¿Cómo puede ser que su visión de sí misma esté tan alejada de la realidad?

Y entonces me la miro, con una mezcla de pena y rabia, y pienso… niña, yo tengo una vida genial, me he rodeado de gente que me aprecia por ser como soy, no por mis éxitos, tengo más estudios de los que tu llegarás a tener en tu vida y un trabajo de responsabilidad que me encanta y en el que, para colmo, me pagan bien. Así que, diría que aquí la que tiene un problema no soy yo…

El tenis de mesa me chifla, pero para mí es un hobby, una manera como otra cualquiera de hacer deporte que elegí cuando quizá ya era un poco mayorcita para poder llegar a ser mucho más buena, pero que, aún así, me ha aportado enormes éxitos que nunca hubiera imaginado y, por encima de todo, me ha dado amigos y valores. De hecho siempre digo que sin el tenis de mesa, no habría llegado a tener los recursos, la perseverancia y las ganas de superación que me han permitido progresar en la vida.

Tu juegas bien a tenis de mesa, quizá sí, pero debes saber que el nuestro es un deporte que, por desgracia, tiene poco futuro a nivel profesional. Pocos (por no decir ninguno) son los deportistas nacionales que se ganan BIEN la vida en esto, y ya si hablamos de deportistas mujeres… porque siento decirte que es un deporte minoritario pero, en nuestro caso, aún más minoritario, si cabe, puesto que, por triste que suene, somos mujeres, y nuestro esfuerzo y nuestros éxitos nunca son tan valorados como los del deporte masculino.

En resumen, que puedes seguir con ese aire de «diva pimponera» el resto de tu carrera deportiva, pero un consejo: lo más importante del deporte no son los premios o las victorias, sino los valores, así que intenta aprenderlos, porque la humildad, la solidaridad, el compañerismo, el respeto, la deportividad… eso será lo que vas a necesitar el día de mañana, cuando debas estudiar de verdad, buscar un trabajo y, ya de paso, tener amigos, puesto que nadie te dará nada por haber sido alguna vez jugadora de tenis de mesa (ell@s lo llamaran pinpón).


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